El otoño es una de las cuatro estaciones del año, viene después del verano y antecede al invierno. Este periodo del año suele tener una duración de 83 días, aunque actualmente, con los cambios en las condiciones climáticas que azotan al planeta, los tiempos varían, ya que el calentamiento global ha hecho que las características meteorológicas del periodo se adelanten o atrasen durante los meses de septiembre, octubre y noviembre.
Las horas de sol son cada vez menores, debido a los cambios de tiempo, y también a amplitudes térmicas mayores en las que el cuerpo está sometido al frío de las mañanas y al calor de las tardes, es también cuando se produce el mayor número de resfriados, una realidad con la que tienen que batallar especialmente los más pequeños que están en edad escolar, así como los más mayores.
¿Algunas enfermedades comunes del otoño?
Con la llegada del otoño aparecen los primeros cambios de temperatura, disminuyen las horas de luz solar y aumenta la humedad en el ambiente. Todos estos cambios favorecen a que los primeros síntomas de las enfermedades otoñales aparezcan. Además del coronavirus, pandemia que aqueja al mundo desde inicios de 2020, las enfermedades más comunes durante esta temporada se podrían resumir en las siguientes:
¿Quién no ha tenido algún resfriado en otoño?
Esta afección es la más común debido a los cambios de temperatura, principalmente a primeras horas de la mañana y durante la noche que suele hacer más frío, ya que con ambientes más cerrados y temperaturas más bajas, su transmisibilidad es más elevada.
Entre los síntomas más comunes están la congestión nasal, mucosidad, tos estornudos y malestar corporal general.
Gripe
La gripe es otra enfermedad muy frecuente durante el otoño y presenta una sintomatología muy similar a la del resfriado. Además de la tos, mucosidad y malestar, la gripe presenta otros síntomas como la fiebre o el agotamiento, y en casos más graves puede llegar a desencadenar en neumonía. Es por eso que todos los años durante esta época, con la campaña de vacunación contra la gripe, el Ministerio de Sanidad recomienda vacunarse a las personas de alto riesgo y más vulnerables.
Asma
Las enfermedades respiratorias son muy frecuentes en otoño, ya que con la aparición del frío y la humedad las vías respiratorias se ven dañadas.
A pesar de que el asma es una enfermedad crónica, en esta época del año se ve incrementada. Los síntomas más habituales son la dificultad para respirar, la tos, opresión en el pecho y sibilancias. Sus principales causas pueden ser la humedad, la práctica de ejercicios deportivos de una alta intensidad o un ataque de ansiedad, por ejemplo.
Alergias
La humedad, los cambios de temperatura, la menor ventilación en espacios y la vuelta al cole, entre otros factores, favorecen a la proliferación de ácaros del polvo, moho y hongos, principales causantes de la alergia. Entre los síntomas más comunes destacan el picor e inflamación de la piel, la tos, los estornudos y la secreción nasal.
¿Cómo prevenir las enfermedades durante el otoño?
Como hemos visto, el otoño trae consigo algunas afecciones, por lo que si no quieres ser la víctima perfecta, más vale prevenir que curar.
Toma nota de las siguientes precauciones que debes tener en cuenta para prevenir estas enfermedades y evitar el contagio.
Correcta higiene de manos: lavar bien las manos con agua y jabón ya que la mayoría de las bacterias se transmiten a través del contacto.
Utiliza pañuelos desechables: a la hora de estornudar y toser es recomendable hacerlo tapándose la boca con un pañuelo desechable o sobre la flexura del codo para evitar la propagación de gérmenes.
Limpieza y ventilación de los espacios cerrados.
Evitar tocarse la cara.
Evitar el contacto con personas infectadas.
Evitar espacios cerrados con poca ventilación y las aglomeraciones de gente.
Mantener actualizado el calendario de vacunaciones: como se mencionó anteriormente, algunas de las enfermedades de otoño pueden ser prevenidas mediante este sistema, por lo que se sugiere la vacunación de personas vulnerables y de alto riesgo.
Mantener la hidratación corporal: beber agua es fundamental para evitar el espesamiento de las secreciones y para a expulsar los virus de carácter infeccioso que están dentro del organismo a través de la orina o el sudor.
Realizar ejercicio físico: esta medida también fortalece el sistema inmunológico.
Evitar la exposición al frío y abrigarse correctamente.
Dada la situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos, a causa de la COVID-19, estas medidas deben acompañarse con el uso de mascarilla obligatorio, distancia social de más de un metro y medio e higiene de manos para evitar la propagación del virus.
FUENTE:
La Voz
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